¿Cómo preparar una oposición?
La organización, planificación y constancia son claves a la hora de estudiar una oposición. Distribuir el tiempo que se le dedica dependerá de la situación personal de cada opositor.
Para trabajar en la Administración Pública en España es necesario superar una oposición. Existe una amplia variedad de oposiciones, pero los sectores más comunes son los de educación, sanidad, justicia y cuerpos de seguridad del estado. No obstante, también hay oposiciones para cuerpos de menor y mayor escala en las distintas instituciones públicas. Sea cual sea el caso, los puntos comunes a todas ellas consisten en estudiar un temario del que luego se examinarán los candidatos a funcionarios públicos.
Pero, ¿cómo prepararse para una oposición? ¿Puedo estudiar por mi cuenta o me apunto a una academia? ¿Contrato a un preparador/a para mí solo? ¿Dónde puedo acceder al temario? Todas estas preguntas y sus respuestas dependen del tipo de oposición al que te presentes. Por eso recopilamos los aspectos básicos que debes tener en cuenta a la hora de preparar una oposición.
1. ¿Qué es una oposición?
En primer lugar hay que saber qué es exactamente una oposición, que no es más que un proceso de selección para aspirar a un puesto de trabajo en la administración pública, es decir, para el Estado español. Por lo general, se dividen en dos tipos: las de acceso libre, a las que puede presentarse cualquier persona que se haya preparado el temario y los exámenes correspondientes; y las de promoción interna, que se dirigen a las personas que ya son funcionarias y quieren aspirar a un puesto más elevado dentro de la Administración.
A su vez, la oposición en ocasiones no solo consiste en superar un examen. Dependiendo del tipo de oposición ésta tendrá varias fases: una fase de oposición, los exámenes propiamente dichos; una fase de concurso, en la que mediante un baremo se puntúan los méritos que reúne cada persona; y un curso selectivo, que realizan aquellas personas que han superado ambas fases y que tiene como finalidad la adquisición de conocimientos, técnicas y aptitudes necesarias para el ejercicio de las funciones correspondientes al desempeño profesional de los respectivos Cuerpos o Escalas de acceso.
Cada oposición pide reunir una serie de requisitos, como el tipo de titulación (ESO, Bachiller, título universitario), tener cierta edad, experiencia profesional, nacionalidad, etc. Es importante también conocer el número de plazas de trabajo convocadas por el organismo público, ya que es muy probable que se presenten más personas que las plazas que se quieren cubrir. Este suele ser el principal inconveniente de una oposición, y por eso lo ideal sería sacar la mayor nota posible para tener más posibilidades de optar a dicho puesto.
2. ¿Dónde se publica la convocatoria de oposiciones?
El Boletín Oficial del Estado (BOE) es el documento oficial que recoge las oposiciones convocadas por los organismos e instituciones públicas españolas a nivel nacional. Los boletines de las distintas Comunidades Autónomas también publican las ofertas de empleo público a nivel local, tanto provinciales como de los ayuntamientos. En ellos se publica toda la información de la convocatoria: el número de plazas, los requisitos y el temario de la oposición. Gracias a Internet pueden consultarse a través de las páginas web correspondientes.
3. ¿Cómo elegir una oposición?
Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir la oposición más adecuada para cada persona. Desde el Centro de Estudios Financieros (CEF.-) recomiendan plantearse una serie de preguntas, tales como: ¿Dispones de toda la información? ¿Se ajusta el programa a nuestro perfil? ¿Es compatible con nuestra situación personal? ¿Cómo será el trabajo que realicemos? Puedes consultarlas todas en ¿Qué hay que tener en cuenta para elegir una oposición?
4. ¿Cómo preparar una oposición?
Ahora que sabemos lo que es una oposición, toca prepararla. Uno de los puntos fundamentales es saber qué nos gusta, qué somos capaces de hacer y cómo nos organizamos el estudio. Por eso es fundamental la automotivación, confiar en uno/a mismo/a y esforzarse para lograr alcanzar nuestro objetivo. Uno de los pasos que se puede realizar es conocer las fortalezas y debilidades que tenemos, y por tanto, qué aspectos debemos mejorar a la hora de estudiar.
En segundo lugar es necesario organizarse el tiempo disponible para estudiar. Hay personas que compaginan un trabajo con el estudio de las oposiciones, y otras que se dedican a tiempo completo. Dependerá de la situación personal establecer las horas más adecuadas para preparar la oposición.
Los aspectos más recomendables a la hora de estudiar una oposición son:
· Comenzar por los temas que más te gusten o que ya conozcas, así estarás más motivado/a al principio y el avance será más rápido.
· Hacer esquemas y guiones de cada tema.
· Dividir los temas en bloques y revisar los contenidos continuamente.
· Realizar exámenes o test de prueba
Poco a poco se irá adquiriendo un hábito de estudio, y para ello es fundamental la organización. Cada día el estudiante deberá abordar un tema, repasar el del día anterior o realizar un test de prueba, por ejemplo. Tener un horario constante y disciplinado es clave para alcanzar nuestra meta. No solo hay que saber qué toca hacer cada día, hay que hacerlo.
Las personas que opositan deben planificarse, dosificarse y ser constantes. La cuestión aquí no es la cantidad de estudio, sino la calidad del mismo. En ocasiones opositar significa renunciar el tiempo libre para dedicarlo al estudio. Es un reto en sí mismo que cada persona debe afrontar a su manera.
Una vez se tenga la actitud es hora de comenzar a preparar el temario. Éste se publica en los boletines oficiales, pero no su contenido, por lo que prepararlo depende del estudiante. Puede elaborarlo él mismo recurriendo a distinta bibliografía o solicitarlo a un centro preparador de oposiciones, donde además de contar con el contenido podrá modificarlo para diferenciarse de los demás candidatos.
A la hora de preparar la oposición hay que tener en cuenta las distintas partes de las que se compone: ¿es tipo test? ¿Hay un apartado de desarrollo de un tema? ¿Debo superar unas pruebas físicas? Dependiendo de cada examen la forma de prepararlo será distinto. Por ejemplo, para un tipo test habrá que realizar pruebas y tener en cuenta que a veces las respuestas erróneas restan puntos. Si además hay que superar unas pruebas físicas, el entrenamiento formará parte de la preparación, además del estudio. Si se pide cierto nivel de idioma, habrá que centrarse en conseguirlo para contar con dicho requisito.
5. ¿Dónde preparar una oposición?
Los centros de estudios o centros preparadores de oposiciones son una de las opciones más socorridas para los opositores. En ellos los preparadores y profesores facilitan el temario a los estudiantes, realizan pruebas de exámenes, les orientan a la hora de planificar el estudio, les dan trucos para memorizar, aclaran dudas, etc. Esta opción implica un coste económico, pero a su vez conlleva un control diario, una guía y tener información actualizada.
También existe la posibilidad de contar con un preparador/a individual para el estudiante, de modo que no comparte clase con otros compañeros. Otra forma de prepararse una oposición es hacerlo por libre, es decir, recae sobre el opositor escoger a los autores en los que va a basar su estudio. Aunque es una opción más económica, también implica más esfuerzo.
6. ¿Cómo estudiar una oposición?
A la hora de comenzar a estudiar hay varios aspectos a tener en cuenta:
1. Organización: como hemos dicho, el primer paso es organizar el trabajo. Hay que establecer una estrategia y planificar el estudio, distribuyendo el tiempo total de preparación entre todo el temario. Y los más importante, hay que cumplir el planning que nos propongamos.
2. Repaso: a medida que se avanza con el temario es necesario revisar el que ya se ha estudiado. Hay que estudiar los nuevos temas, memorizarlos y repasarlos. La proporción entre repasar y estudiar debe ser la adecuada para no olvidarse de lo aprendido en los temas nuevos. Cada vez se tendrán menos temas que estudiar y más que repasar.
3. Simulacros: es recomendable realizar simulacros de examen y controles periódicos con cierta frecuencia para así extraer conclusiones sobre qué aspectos necesitan más tiempo de aprendizaje o en qué debemos centrarnos.
4. Lectura: antes de ponerse a estudiar el tema hay que realizar una primera lectura para hacerse una idea general de lo que trata. Esto permite relacionar los nuevos contenidos con los que ya se tienen. Lo mejor es hacerse una visión de conjunto y consultar las palabras cuyo significado desconozcas. Tras esto, puedes subrayar las palabras o expresiones más significativas para su posterior resumen.
5. Esquemas y subrayado: una vez realizada la primera lectura se pasará a una segunda en la que se subrayarán las palabras o frases cortas más relevantes. Después se pasará a realizar un esquema para observar y resaltar las ideas claves. Este paso será muy útil a la hora de memorizar, ya que permite economizar tiempo y esfuerzo.
6. Resumen: este paso permite al opositor comprimir el material y redactar las ideas. Lo ideal es que el resumen ocupe una cuarta parte del texto original. Éste se hará a partir de las ideas extraídas del esquema, uniéndolas para redactar un discurso coherente. El resumen está indicado para los exámenes de composición, pero no para listados de leyes, fórmulas o palabras.
7. Memorizar: para memorizar correctamente es necesario comprender. Si no se entiende lo que se está leyendo, será casi imposible memorizarlo. Existen varias técnicas para memorizar, como las reglas mnemotécnicas, como por ejemplo leer frases en voz alta y tratar de repetirlas, o leer un párrafo y tratar de reproducirlo con nuestras palabras. Otra técnica es la del fichero, útil cuando se quiere recordar una serie de datos. También la técnica de imágenes -asociar una imagen a un concepto- ayuda a memorizar.